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Caraterísticas de la arquitectura romana (I)

Componentes del estilo

Entre los elementos arquitectónicos que destacan en el estilo Románico los más característicos del mismo son:

• el pilar compuesto y de núcleo prismático.
• el arco de medio punto.
• la cubierta de bóveda de medio cañón y de arista.
• la cúpula poligonal sobre trompas.
• los ábsides semicirculares en planta de cruz latina en las iglesias.

A continuación otros de los elementos arquitectónicos propios el estilo:

• contrafuertes muy desarrollados
• arcos doblados y arquivoltas
• capiteles decorados
• impostas, frisos decorativos
• escultura monumental aplicada a la arquitectura

Planta

La planta típica de una iglesia románica es la basilical latina con tres o cuatro naves y crucero de brazos salientes. En el testero o cabecera, que siempre mira a oriente, se hallan tres o cinco ábsides semicirculares de frente o formando corona, llevando cada uno de ellos tres ventanas en su muro. Y en los pies o entrada del templo se alza un pórtico o nártex flanqueado por dos torres cuadradas. Pero así como las iglesias rurales o menores sólo constan de una sencilla nave y un ábside sin crucero saliente y sin torres junto a la portada, así las mayores sobre todo, las de grandes monasterios o los santuarios visitados por numerosas peregrinaciones suelen ofrecer muy amplio el transepto y crucero, como también tienen prolongadas las naves laterales en torno a la capilla mayor constituyendo la girola o nave semicircular que da paso a diferentes capillas absidiales, abiertas en torno de ella a modo de corona. Algunas iglesias tienen los brazos del crucero convertidos en sendos ábsides que con el central forman una especie de gran trifolio. Las iglesias de templarios y de otras órdenes caballerescas afines se hallan, por lo común, sobre planta poligonal o circular y son de escasas dimensiones. Asimismo, existen pequeños oratorios de planta circular que fueron capillas funerarias o que estuvieron unidas a fortificaciones como oratorios militares y no faltan otras que siguiendo el estilo o inspiración bizantina se disponen a modo de cruz griega y de cuadrifolio.

Bóveda

Una bóveda es una obra de mampostería o fábrica de forma curva, que sirve para cubrir el espacio comprendido entre dos muros o una serie de pilares alineados.

Es una estructura muy apropiada para cubrir espacios arquitectónicos amplios con piezas pequeñas. Su geometría puede ser de simple o doble curvatura. En edificaciones modernas el término se aplica a estructuras de cubiertas curvadas, en las que el espesor es muy pequeño comparado con el ancho y el largo, también denominadas cáscaras o cascarones.

Tanto en las antiguas bóvedas como en las modernas la solicitación predominante en sus elementos es de compresión. Sus tensiones se asemejan a las de un arco, o un conjunto de arcos conformando una superficie.

Los materiales empleados en su construcción pueden ser de piedra, llamados dovelas, ladrillo, acero, hormigón armado, etcétera. Las dovelas pueden ir aparejadas "a hueso", esto es, sin trabazón, aunque lo habitual es que se unan con un material aglomerante o mortero.

En la Historia de la Arquitectura las bóvedas, de ladrillo o piedra, tuvieron un papel preeminente en la edificación que han perdido con la generalización de las técnicas y materiales de construcción modernos: primero el acero y después el hormigón armado han posibilitado edificaciones adinteladas de grandes luces, antes sólo abovedadas.

No obstante, las bóvedas de hormigón armado son utilizadas profusamente en ingeniería civil para construir galerías, túneles, cubiertas de grandes luces y, en general, todas aquellas obras donde los elementos trabajando a flexión resultan desventajosos desde un punto de vista técnico y económico.

Contrafuertes

Los soportes característicos de un edificio románico son el pilar compuesto y el estribo o contrafuerte adherido exteriormente al muro. Los contrafuertes tienen por objeto reforzar los muros y servir a la vez de estribo o contrarresto a los arcos y bóvedas (servicio que también prestan los pilares compuestos): son visibles al exterior, lisos y de forma prismática. Pero cuando se adhieren a los ábsides aparecen frecuentemente a modo de columnas que sostienen el alero. Los muros están formados de sillarejo o de sillares desiguales con poca regularidad en las hiladas.

Ornamentación.

Si bien, debido a los sistemas constructivos, el estilo románico se caracteriza por su pesadez, muros macizos y gruesos contrafuertes para soportar el peso y el empuje de las bóvedas, en muchos casos los constructores trataron de restar frialdad a las fachadas y muros mediante elementos ornamentales. Las fachadas rematan con arquerías y se dirigen verticalmente mediante contrafuertes poco salientes y ornamentales, llamados fajas lombardas. En otros casos disponen columnatas de arcos ciegos. Otro elemento decorativo es el rosetón: ventana circular dividida por columnas radiales unidas con arcos. Las puertas se adornan mediante una serie de arcos concéntricos escalonados, denominados arquivoltas o archivoltas, apoyados en columnas adosadas igualmente escalonadas. Es frecuente que el arco de las puertas se cierre con un tímpano esculturado, que si es de grandes dimensiones se sostiene con una columna central o parteluz. También las cornisas son objeto de ornamentación con motivos variados y en muchos casos se sostienen sobre una faja de arquitos ciegos. Por ultimo, indicaremos que la escultura y la pintura y la construcción de vidrieras policromadas se desarrollan y encuentran su mas clara aplicación en el románico, como elementos incorporados a las obras arquitectónicas.

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